¿De pronto te pasa por la mente eso de que hoy no estás en el lugar donde hace unos años cuando aún estudiabas en la universidad te sentías segurísima de que estarías? ¿De que ya tendrías todo aquello por lo que has pasado tantos años estudiando, preparándote y pues, trabajando? Vamos a hacer hincapié en una cosa: “tantos años estudiando, preparándote y trabajando”. Este pensamiento es uno de los culpables de que damas jóvenes con grados, postgrados, especialidades, un montón de cursos, diplomados y laborando en empresas públicas o privadas (con salarios promedios), sientan que están muy lejos de lo que habían planificado “a estas alturas”.
Pero antes de adentrarnos en lo que “te duele”, sé que quieres saber ¿Quién es “Ella”? o ¿Por qué quisieras ser “Ella”? Te explico: “Ella” es esa mujer, profesional, la que administra su tiempo, tiene independencia financiera y es su propia jefa, porque es fundadora de una empresa, donde hace aquello que ama. Es esa que una vez tuvo un sueño y con trabajo, dedicación y persistencia, hoy ya es una realidad. Ya no tiene miedos, es fuerte, valiente, segura de sí misma y sus capacidades; Decidida y dispuesta a lograr todo aquello que se proponga. ¿Suena como una utopía no? Pues desde ya te digo que es totalmente posible, respira.
Volviendo a nuestro “punto doloroso”, la verdad querida aliada, es que no quieras volar antes de correr; Ya tienes un gran paso, ya has aprendido a caminar: académicamente ya estás lista, ya tienes experiencia laboral en otras empresas. Ahora te toca correr y para hacerlo, debes tomar la decisión y entender que correr puede doler, y es porque puede ser que caigas; Y cuando caes corriendo, la barrida duele más y da temor continuar, ¿Pero sabes qué?, Cuando despegas te das cuenta que la vista es mejor desde arriba y que no había nada que temer, más bien había obstáculos necesarios para que cuando estuvieras en vuelo, pudieras planear, como las gaviotas sobre el mar.
Te digo esto porque entiendo por lo que estás pasando, a tus veinte y tantos, casi treinta o ¡treinta!, pensabas que ya iba a estar “resuelto todo”. El tiempo que has invertido en prepararte y en experiencias laborales no ha sido en vano querida dama, porque ha sido la semilla que te dará frutos. Es bueno que te exijas, hasta cierto punto, porque luego te haces daño a ti misma, si tu Deadline ya llegó y aún no estás viviendo tu sueño.
Y es que aún no has decidido alcanzarlo, porque no has tomado la decisión de trabajar en tu proyecto personal, en invertir tiempo y esfuerzo en TU sueño, estás ahí haciendo realidad los sueños de otros, porque la verdad es que te da miedo emprender y fracasar, porque tienes dudas y te limitas a ti misma para luego sentirte “estancada”.
¿Crees que hoy eres “Ella”? Y si aún no lo eres, apuesto a que sí quisieras serlo; Decídete, ponte los tacones y actúa, porque “Ella” puedes ser TU.