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Una cuarentena productiva.

Sí. Continúas encerrada. ¿Acaso pensaste que te tocaría pasar por una cuarentena a nivel mundial? Pues la verdad, yo no. Y en medio de todo este caos, he decidido sacar lo mejor de mi en estas cuatro paredes y espero que tu también decidas hacerlo. Voy a compartirte unos tips para que al igual que yo, conviertas este tiempo en el inicio de un nuevo estilo de vida, que te cambiará por completo!.

Despierta temprano

¿Te cuento un secreto a voces? Esta es la clave para aprovechar al máximo tu día! Si iniciamos temprano, tenemos más tiempo para hacer las cosas, no necesariamente más cosas, cuidado aquí, sino que podemos tomarnos el tiempo que cada actividad amerita. Recuerda amiga, la prisa es nuestra peor enemiga.

Ora, medita, agradece

No hay nada como conectarte con Dios y contigo misma. Es aquí donde pones en orden tus pensamientos, y te comento que ellos son los que dominan tus acciones y sentimientos. El poder de la gratitud es inmenso, cuando agradeces por las pequeñas o grandes cosas de la vida, te llenas de positivismo, esperanza y motivación. Cuida tu mente, cuida tu alma.

Ejercítate

Si no eres físicamente activa, imagino que no te gusta esta parte, pero anda! El mayor de sus beneficios es que te llenas de energía y mejora tu humor (muchos lo agradecerán). Pero, volviendo a la parte seria, cuidar de tu cuerpo, es vital, sí, la palabra lo dice, lo necesitas para vivir. Y qué mejor que un cuerpo en buen estado para disfrutar de aquello que estoy segura persigues, porque sé que tienes sueños, y objetivos en la vida. Así es que a moverse!

Mantén una dieta saludable

No querrás salir de casa con unos cuantos kilos de más después que pase el temporal. Consume una dieta balanceada, cuidado con las cantidades! Manténte hidratada y no olvides prepararte un buen desayuno, es este el más importante para arrancar tu día.

Establece un horario de trabajo

Esta es una de las más difíciles. Si eres de las que les tocó trabajar desde casa, toma en cuenta que es muy fácil que pierdas el sentido del tiempo y te sumerjas en todo el trabajo que tienes, porque estás cómoda y tienes tus necesidades cubiertas, además no tienes otro lugar adonde ir, por lo que no hay prisa en “salir del trabajo” y es que encima no tienes a alguien pidiéndote un montón de cosas de cerquita. Es importante que fijes una hora de inicio, pausas para estirarte y una hora de fin, porque aunque estás en casa, hay otras cosas importantes que necesitan tu atención, no te sobreesfuerces, aprovecha la flexibilidad.

Si por el contrario, no te toca trabajar desde casa, mejor aun! Aprovecha para trabajar en un proyecto personal, es tiempo de inspiración, de creación, de ideas! También es buen momento para organizar tus finanzas si aun no lo has hecho. Piénsalo.

Incluye una siesta

Aquí no hay mucho que abundar. Recuperas energía, rejuveneces, pones en orden algunas cositas en tu cuerpo y tu mente tiene tiempo para respirar. De 15 a 30 minutos, un poco más quizás, menos de 1 hora es todo lo que necesitas. A dormir!

Relájate

Este es el momento para leer un buen libro (de esos que tienes en cola o a mitad hace más de mil años) y que por alguna excusa nunca sacas el tiempo para iniciarlo o terminarlo. Mira tu show de TV preferido o alguna película. Si tienes hijos, créeme que en unos pocos años te agradecerás a ti misma el haberles dedicado parte de tu tiempo, ya sea para enseñarle cosas o simplemente jugar con ellos. Y si tiene pareja, no querrás dejar pasar esos momentitos juntos.

Ve a la cama temprano

Siiii, anda, aprovecha, duerme. Permítele a tu cuerpo tener las horas de descanso que por derecho le corresponde y que tu se las has venido quitando para hacer tus cosas. Recuerda, tu cuerpo es tu templo.

Y es que hay un montón de cosas que hacer en esta cuarentena, pero la mejor de todas es encargarte de ti misma, es también un tiempo para ti, reflexiona, autoevalúate, conócete y sánate. Amiga, tienes mucho por hacer. Suerte!

 

 

 

Ataques de pánico, ansiedad, miedos… ¿Podrás alcanzar el éxito?

¿Alguna vez has experimentado esa sensación de no poder respirar, presión en tu pecho, calambres, temblores, nervios, miedo de algo inminente, tu mente a mil por horas mostrándote pensamientos de tragedia? Si es así, te entiendo mejor de lo que te imaginas. Permíteme querida aliada decirte, que no eres la única, hay un montón de damas como tu, aunque no lo hayas notado. Si leíste mi artículo anterior, te habrás dado cuenta que soy una de ellas. Así es, yo también padezco ansiedad y esta es la primera vez que hablo abiertamente sobre el tema.

De hecho, es una de las principales razones por las cuales hoy existe este espacio. No fue sencillo detectar lo que me estaba pasando, hasta que iniciaron los ataques de pánico y en tres ocasiones llegué a la sala de emergencias pensando que probablemente estaba sufriendo un ataque al corazón o algo parecido. El diagnóstico era el mismo: “Todo está bien, son solo nervios”. Creo fielmente que todo llega a un límite; Y la tercera vez que me encontré en la sala de una clínica por la misma razón, lo fue para mi. En esa cama, esperando el efecto del relajante y con la visita de un doctor, quien irrumpió en la habitación con un libro en la mano, supe que iniciaba mi lucha interna.

Y en efecto, a partir de ese momento, cada día es un reto y una oportunidad para fortalecerme, ser valiente y superar la ansiedad. Personalmente, mi mayor obstáculo son los pensamientos y las dudas de si podré alcanzar el éxito profesional y personal cuando lo que me llevó a este punto fue el temor constante de que las cosas salgan mal; Tomando en cuenta de que lo último que podemos llevar con nosotros es la negatividad si queremos lograr nuestros sueños y pasiones.

Al contarte esto, querida amiga, te doy la bienvenida a mi historia, sí, te haré partícipe de ella, mostrándote que se puede vencer el temor y lograr lo que te propones, que solo basta tomar la decisión para que tu vida cambie y seas Ella; La mujer segura de sí misma, sin miedos, sin obstáculos que le impidan alcanzar sus objetivos. Esta historia, también puede ser la tuya. Compartiré experiencias, herramientas y puntos clave que te ayudarán, igual que a mi, a romper con aquello que hoy te limita a vivir tus sueños.

Se trata de sacar de tu interior, esa fortaleza que tienes guardada, esa voluntad, la paciencia y la persistencia para trabajar duro y no dejarte vencer por opiniones externas o fracasos propios y de otros. Si no tienes ni idea por dónde empezar, te dejo estos tres pasos, con los cuáles yo también inicié:

Acércate a  Dios

Entablar una relación más estrecha con Dios, puede ser la clave para encontrar la seguridad que necesitas a través de la Fe y de las promesas que nos ha dejado nuestro Padre, por medio de la palabra. En la Biblia encontrarás cómo Dios nos pide que no tengamos miedo, que siempre luchemos; Por ejemplo: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo.” Isaías 41:10.

Busca ayuda

A veces nos resistimos a aceptar que necesitamos la ayuda de otras personas, este es un momento para que lo hagas. Busca la ayuda de una psicóloga especialista en ansiedad: Esta persona puede explicarte lo que te está pasando y enseñarte técnicas y herramientas que te ayudarán a superar la ansiedad, así como a conocerte a ti misma y a tu cuerpo, pero sobretodo te enseñará a controlar tus pensamientos y manejar tus reacciones a las emociones, lo cual es la clave para salir adelante.

Inicia un plan para lograr tus metas

Nada cambiará en tu vida si no haces algo al respecto. Como bien dicen por ahí: “Si no te gusta el lugar donde te encuentras, muévete, no eres un árbol”. Identifica  qué quieres hacer, enlista y prioriza tus metas; Por cada una,  desglosa las tareas que debes realizar para lograrlas, colócales tiempo e inicia ya.

Llegó el momento de que te reconozcas a ti misma, tus capacidades y habilidades; Son tus tacones, no pierdas la oportunidad de dejar tus huellas.

¿Te arriesgarías?

Uno de los primeros pasos para comenzar a estructurar tu proyecto maravilla, es salir de la caja de cristal y exponerte. Sí, exponerte. ¿Cuántas veces te has preguntado por qué no soy yo la que está hablando?, ¿A la que están esperando para escuchar?, ¿Alguna vez seré yo la que se presenta en tantos eventos contando su historia sobre cómo lo logró?

Pues querida amiga, voy a expresarte lo que no te gusta admitir y lo que es una de las principales razones que te frena al momento de asistir a cualquier lugar con la finalidad de hacer networking, o en palabras llanas, conocer, compartir y conversar con otros profesionales. Te hablo de la posibilidad de toparte con otras mujeres que sí han logrado sus sueños profesionales, esas que “tan rápido” ya tienen lo que tu deseas o van rumbo a ello. Me mentirías si no admites que el estar entre estas mujeres sin encontrarte en su misma posición o mejor, en ciertas ocasiones te ha afectado y estoy 99.9% segura que no de la forma que quisieras.

Y ahí está el problema, la forma en que permites que te afecte. Aquella frase tan popular, que todas hemos escuchado alguna vez  (y que para las que lidiamos con pánico y ansiedades es como un insulto):  “Que nada te afecte”. En esta ocasión me permito decirte que Sí, que sí te afecte. Y que te afecte de la manera contraria a como sé que siempre te ha afectado; Y esa manera es motivándote, despertándote, haciéndote ver y escuchar que hay un millón de posibilidades de emprender aquella idea que tienes solo en tu cabeza pero tus miedos y dudas te impiden intentarlo.

Te voy a revelar una de las grandes claves que, para esta amiga amante al café, es una de las más importantes para emprender y tener éxito con tus proyectos: Los contactos. No tienes idea de los grandes aportes que pudiera tener ese gran negocio o proyecto que pretendes, tan solo conociendo personas; pero no cualquier persona. Me refiero a aquellas que piensan en grande, que, como tú, buscan tener éxito o ya lo tienen, aquellas que algún día pudieran ser tus colaboradores o viceversa, aquellas de quienes tienes mucho que aprender.

Relacionarte con personas en un ambiente de emprendimiento solo puede traerte beneficios, pues estás invirtiendo tiempo en nuevas posibilidades, que ahora donde están tú y tus temores, no las vas a descubrir. Por eso, escapa de tu propio encierro y sal a decirle al mundo quién eres y qué te propones. ¿Te arriesgarías?